Martín es un mecánico de motocicletas, un día policías entraron a su taller y lo acusaron del robo de una motocicleta que fue dejada por una persona para reparar.
Fue solicitada su libertad por medio de un cambio de medida cautelar, la cual fue negada en diversas ocasiones, por lo que se interpuso un juicio de amparo, por lo que el Juez de Distrito ordenó que se le dictara su libertad, en tanto se resuelve en definitiva su proceso.
Su pareja ha sido parte importante desde que salió de prisión y Martín sigue estando al pendiente de su proceso para demostrar su inocencia.
Erika es madre soltera de 3 hijos, en octubre de 2014 fue detenida por agentes de policía que entraron sin identificarse a su casa, sin mencionar la razón por la que lo hicieron, deteniéndola arbitrariamente, al no encontrar nada por que detenerla le acusaron de tener droga, cuando esto no era así, sin embargo, fue sentenciada solo por los dichos de los agentes aprehensores.
A Erika la conocimos cuando ya estaba en etapa de ejecución de sentencia, pidiendo auxilio para poder salir antes de prisión, por lo cual se le dio seguimiento al trámite que hizo respecto un beneficio de libertad y actualmente se encuentra al cuidado de sus hijos y su madre.
Ángel es un señor de la tercera edad que siempre se dedico al cuidado de su “Ranchito”, tal como el le decía, se encargaba de cultivar y vender lo que generaba en el campo para su subsistencia, ya que no tiene familia a su cuidado.
En el año de 2016, fue acusado por un señor de robarle dos caballos, de los cuales nunca se acreditó la propiedad, ni la existencia, juzgandolo por medio de dos supuestos testigos que lo vieron llevándoselos en “una camioneta azul”, sin embargo, el señor Ángel no tenía ninguna camioneta azul, ya que él tenía una diversa, mucho menos había cometido el robo de dichos animales, lo cual comprobó por medio de un contrato hecho ante Juez Auxiliar y dos testigos, sin embargo, el Juez Mixto que conoció de su proceso, determinó que existían suficientes elementos para sentenciarlo a compurgar una pena de 3 años.
En razón a lo anterior, el señor Ángel adquiere su libertad por medio de un beneficio otorgado por la edad avanzada que él tiene, sin embargo, en Renace creemos en su inocencia y actualmente nos encontramos en espera de que ante los Magistrados se demuestre que el Juez hizo una incorrecta valoración de las pruebas y no hay manera en que él haya cometido el supuesto ilícito.
En el año de 2019, Renace San Luis acompañó a la Niña María de Jesús para que exigiera a través de un juicio de amparo a las autoridades en materia de educación tanto a nivel federal como de la entidad la reconstrucción manera inmediata de su escuela debido a que se encontraba al borde del redumbe. A través del juicio manera paradigmática la Jueza de Distrito ordenó desde el inicio, que de forma inmediata se comenzaran con los trabajos de reconstrucción de la escuela y con ello se restituyeran los derechos a la educación y a la integridad física de la niña. Actualmente Marichuy y sus compañeras y compañeros cuentan con aulas y baños nuevos y se encuentran en espera de que las autoridades les entreguen sus computadoras para su nuevo ciclo escolar, en cumplimiento a la sentencia definitiva de este caso.
José fue detenido el 1º de febrero del 2016, cuando unos policías lo acusaron de robarse una moto, misma que el dueño había dejado en el taller de reparación de motos en donde él trabajaba.
El Juez que conoció de su situación, negó en diversas ocasiones su libertad, no obstante que no existían pruebas suficientes en su contra, por ello interpusimos un juicio de amparo que le fue concedido. Ahora con las acertadas determinaciones del Presidente del Poder Judicial del Estado, fue un nuevo Juez quien decidió dejarlo en libertad y que de esa forma continué con su proceso, hasta que se resuelva de forma definitiva.
La familia de José ha sido parte fundamental para su libertad, querían cenar con él en esta Navidad.
José se ha comprometido para continuar con Renace e iniciar su proceso de reinserción.
En Abril del año 2016, Toño fue detenido por policías cuando él salió de desayunar de un pequeño local, ellos lo acusaron de robarse un florero, un bastón, una chamarra y dos corta-uñas. El Juez consideró que debía quedarse detenido.
En octubre del año pasado, el mismo Juez le condenó a 3 años de prisión, Renace conoció a Toño y el motivo por el cual estaba detenido y se inconformó con esa decisión. Solicitamos a la Sala que le permitiera salir en libertad, mientras se resuelve su proceso y se dicte una nueva sentencia. El día de ayer, ese Tribunal determinó su libertad con algunas condiciones para respetar sus derechos humanos.
Renace colaborará en su Reinserción Social a partir del día de hoy.
Cuando sus hijos eran pequeños, Agustín decidió viajar a Estados Unidos para trabajar, con el sueño de mejorar la calidad de vida de su familia. Después de unos años, él regresó a San Luis Potosí para reunirse con sus seres queridos. En ese tiempo, con escolaridad de secundaria, Agustín debía trabajar en diversos empleos para poder cubrir los gastos de su familia.
El 19 de junio de 2011, Agustín fue acusado de robar una camioneta, él se encontraba a bordo de ella porque un amigo que la conducía le dijo que se subiera para que lo acompañara a “hacer un mandado”. Cuando los policías le dijeron al dueño de la camioneta que la otra persona se fue corriendo y que solo lograron detener a Agustín, él les manifestó que no quería proceder en su contra, porque era su vecino, lo conocía y sabía que él no había sido quien se la robó. Esta equivocación pudo haber llegado a un arreglo, sin embargo, la policía presentó la denuncia, impidió que el conflicto se resolviera, Agustín fue detenido y pasó 6 años y 2 meses en prisión.
Ello bastó para que la Juez le dictara una sentencia condenatoria. Durante el tiempo que Agustín estuvo detenido, su familia le mostró su apoyo. Su pareja asumió los gastos del hogar, así como la crianza y educación de los hijos y se mantuvo siempre atenta al proceso legal. Toda la familia vivió momentos de frustración, desesperación, enojo y carencias.
En prisión, Agustín se dedicó a trabajar como vendedor e incluso, se dispuso a estudiar la preparatoria. Sin duda, uno de sus mayores aprendizajes fue tomar mejores decisiones y asegurarse que éstas lo lleven siempre a alcanzar sus metas.
Renace asumió la defensa de Agustín, una vez que se encontraba a disposición del Juez de Ejecución, quien con fundamento en la Ley Nacional de Ejecución Penal, el día de hoy le concedió gozar de forma anticipada su libertad.
La historia de Agustín demuestra una vez más que el anterior sistema de justicia penal en México, no evidenciaba la verdad de los hechos, no exigía defensas adecuadas, violaba derechos humanos de las personas y sancionaba a quien era detenido de forma ilegal. Aún nos encontramos en transición del sistema, pero lo más importante son los operadores y su capacitación, el ejercicio responsable del órgano receptor de denuncias y sensibilizar el contenido de las reformas a la ciudadanía.
Agustín recupera su libertad, y acompañado de Renace Capítulo San Luis Potosí, continuará su proceso de reinserción que lo ayudará a potencializar sus habilidades y a retomar sus planes de vida.
Guadalupe es una mujer de 25 años de edad, madre de una niña de 4 años y un niño de 3 años. Tiene escolaridad de 1º de secundaria y por cuestiones económicas no pudo seguir con sus estudios. Vive con su madre y sus hijos, en una vivienda rentada que apenas puede pagar con lo poco que gana a la semana como empleada del hogar.
Hace unos años, Guadalupe se casó y tuvo a sus dos hijos. Su esposo dejó la casa y nunca se hizo responsable de los niños. En el año de 2014, el esposo de Guadalupe la denunció por violencia familiar. Su proceso fue irregular y con una defensa incorrecta. En consecuencia, Guadalupe fue injustamente sentenciada a pasar un año en prisión o pagar una fuerte cantidad de dinero.
En San Luis Potosí, el delito del fuero común más recurrente es violencia familiar. Sin embargo, en la experiencia institucional, nos hemos percatado que la gran mayoría de las mujeres acusadas por ese delito, son en realidad víctimas y fueron señaladas para evadir responsabilidades de los propios agresores. En este caso, el esposo de Guadalupe no cumple con sus obligaciones como padre. El Estado criminaliza a las mujeres que se dedican al cuidado de sus hijos, en lugar de buscar soluciones para el bienestar de los menores.
Guadalupe solicitó la ayuda de Renace para conservar su libertad, ya que su situación económica no le permite costear esa cantidad y contra su sentencia, ya no hay recurso legal.
Hoy, gracias a donantes que creen en la causa, Guadalupe ha podido pagar su beneficio y puede conservar su libertad para compartir momentos con sus hijos.
Guadalupe tiene como propósito tener un empleo formal y contribuir productivamente a la sociedad. Renace la acompañará en su proceso de reinserción con tratamiento psicológico y vinculación laboral, y así poder generar las condiciones para mejorar la calidad de vida de ella y su familia.
Ángel es un joven de 24 años de edad, quien fue detenido el 12 de junio de 2014, al inicio de su proceso fue defendido por un abogado que únicamente le acompañó hasta que dictaron auto de formal prisión en su contra, lo que generó una serie de diversos abogados en distintos momentos, y ello implicó que no estuviera clara la estrategia de su defensa.
En el mes de Junio de 2015, Renace comenzó a dar tratamiento terapéutico para su familia y a su vez, se asumió su defensa, planteando una estrategia clara y definida de esta y sobre ella se comenzó a trabajar, por lo que se ofrecieron diversas pruebas, pero su desahogo depende de la participación de las partes en el proceso.
En julio de 2016 se promovió un incidente de revisión de la medida cautelar consistente en prisión preventiva, con base en la miscelánea penal publicada en ese año para que los jueces puedan modificar, sustituir o cesar esa condición, cumpliendo determinados requisitos, en aquellos delitos que no son graves, de acuerdo con la Constitución Política Federal. En su resolución, el juez virtualmente sustituyó la prisión preventiva, ya que impuso una garantía económica por una cantidad excesiva que Ángel nunca podría pagar. Dicho monto estaba basado en la reparación del daño, sin respetar el principio de presunción de inocencia y sin considerar las características personales de Ángel, como ordena la ley.
Inconforme con ello, se promovió amparo contra dicha resolución, la cual fue avalada por el juez federal. En consecuencia, se presentó el recurso de revisión, el cual fue resuelto con un criterio de pleno respeto a los derechos humanos y resultó favorable para Ángel. En el pasado mes de marzo, el Tribunal determinó que, de acuerdo a la norma, al realizar la estimación del monto de la garantía económica, el juez debe considerar las características personales y que las medidas sean eficaces para que se cumpla con el proceso. Así, el juez ha fijado una cantidad razonable, considerando el contexto y particularidades de Ángel.
Hoy Ángel recupera su libertad, gracias a un criterio de respeto a los derechos humanos y al principio de presunción de inocencia. Renace lo acompañará jurídicamente en lo que resta de su proceso penal. Asimismo, seguirá con su proceso de reinserción, a través de tratamiento psicológico, capacitación y vinculación laboral para que pueda reincorporarse a la vida social y productiva.
Martha es una mujer de 35 años de edad y originaria de un municipio del interior del Estado. Tiene escolaridad de secundaria y aunque ella quería seguir estudiando, su madre no creía que las mujeres debían estudiar. Tiene una hija de 15 años y un hijo de 14 años. Desde muy pequeña, Marta padece de ataques epilépticos, los cuales han hecho que pase dificultades en su vida cotidiana.
Hace 11 años, ella se separó de su esposo porque él no trabajaba ni contribuía para satisfacer las necesidades de sus hijos. Desde entonces, es la única responsable de ellos. Mirta trabajó en diferentes empresas y en todas fue despedida porque tenía ataques epilépticos y no entendían su enfermedad. Esta dinámica generaba estrés en ella y llegó a ser muy severa con sus hijos. En consecuencia, unos vecinos la denunciaron por violencia familiar.
Al momento de ser denunciada Martha pasó unos días en prisión, pero salió gracias al pago de una fianza. Sus hijos fueron llevados a un albergue, después con dos de sus hermanas y finalmente con el padre de los niños, quien los tenía en condiciones muy poco dignas. Actualmente ellos viven con Martha, quien costea los gastos lavando ropa y con la ayuda de su familia.
La situación que originalmente generó la violencia fue la irresponsabilidad del esposo de Martha y consecuentemente la escasez de recursos económicos. Sin embargo, la sociedad juzgó a Martha, como la única culpable de la violencia vivida por sus hijos, por ser mujer. Martha fue criminalizada por sus condiciones físicas, económicas y sociales, y el proceso penal, no sólo no resolvió los problemas que vivían sus hijos, sino que trajo más problemas a su vida, afectó su salud y empeoró sus condiciones de vida.
El proceso jurídico fue irregular y se dictó injustamente una sentencia condenatoria, que implica que Martha regrese a prisión por un año o que pague $14,000.00, cantidad que para ella y su familia es imposible obtener.
Hoy Renace, con la ayuda de donantes que creen que la prisión no es la solución a esta problemática social, logró pagar la cantidad necesaria para que Martha conserve su libertad. Sabemos que ella es una mejor madre y que desea tener un empleo formal. Con la ayuda de Renace aprenderá a comunicarse mejor y llevar una buena relación con sus hijos, la ayudaremos a encontrar un empleo que brinde una mejor calidad de vida a ella y su familia.
La historia de Martha es un ejemplo de cómo las autoridades y la colectividad suelen confundir la pobreza con la delincuencia y toman posturas con poca perspectiva de género. Como ciudadanos, nos queda mucho por hacer porque una sociedad que no genera las condiciones para el desarrollo y para entornos libres de violencia es también responsable del problema.
Carmen, de 29 años de edad, madre de dos pequeñitos que contaban con tan sólo 3 y 4 años cuando fue detenida, era además madre de una bebé de apenas 10 meses. Su mayor aspiración era estudiar y logró matricularse en una carrera universitaria.
En el año 2011 fue injustamente detenida en compañía de ocho personas por agentes de la policía ministerial que la acusaron de delitos graves que no cometió y fue procesada por el Estado y la Federación. En agosto de 2016, la Quinta Sala dictó a su favor sentencia
absolutoria y en septiembre obtuvo su libertad al dictar en su favor sentencia absolutoria el Tribunal Federal.
Carmen recuperó su libertad después de ocho años, con la aspiración de continuar sus estudios y reunirse con su familia que siempre la apoyó en el proceso.
Mario tiene 19 años de edad, con estudios de preparatoria trunca, es el menor de tres hermanos; de una familia de origen humilde que llegó a vivir hace cuatro años a la capital potosina proveniente de la Huasteca en busca de mejores oportunidades de empleo y educación para todos.
Su mamá y su papá son personas responsables, trabajadoras, amorosas y honestas, que le han transmitido a Mario la importancia de esos valores, sin embargo, cuando Mario ingresó a la preparatoria se relacionó con jóvenes que crecieron en un contexto distinto al suyo, lo cual lo llevó a prisión.
En marzo de 2015, salió de una fiesta en compañía de un amigo suyo, ambos habían bebido cervezas, se dirigían hacia su casa cuando al amigo de Mario decidió amenazar con un cuchillo a una mujer que caminaba cerca de ellos y le robó la bolsa. Una patrulla de la policía estatal pasaba por el lugar y detuvieron únicamente a Mario porque se quedó paralizado sin saber qué hacer ante ese evento.
En este caso debemos reconocer el valor de la víctima; es una mujer sensible y solidaria que siempre ayudó para que Mario alcanzara su libertad porque tenía la certeza de quién era el verdadero responsable el cual nunca fue identificado, y según su propio dicho, Mario es un joven con un gran futuro y con posibilidades de crecimiento si aprende a tomar mejores decisiones para su vida.
Hablar de Mario es también hablar de una víctima responsable, una ciudadana comprometida con su entorno que reconoce en la prisión el límite del crecimiento humano y las consecuencias negativas de esta en el entorno familiar de Mario, y elige ayudar a un joven a pesar de haber sido vulnerada en su patrimonio.
Mario volverá a estudiar y retomará su vida. Renace caminará con él en ese trayecto y le brindará las condiciones para su reinserción.
Ildifonso de 45 años de edad, con escolaridad de secundaria trunca, de oficio albañil, esposo y padre de familia solidario y amoroso.
En enero de 2014 fue detenido por la policía luego de cometer una falta administrativa en la vía pública, estuvo algunas horas arrestado en las celdas municipales; lo dejaron en libertad a las 2:00 de la mañana.Tan solo unas cuadras después de la comandancia -cerca de abastos- lo detuvieron nuevamente, pero esta vez fue una patrulla de la policía estatal y lo acusaron de robarse una motocicleta que le pusieron a la vista en ese momento.
A partir de entonces quedó a disposición del ministerio público en supuesta flagrancia por el delito de robo calificado que no cometió y del cual la única prueba fue el dicho de los policías. Permaneció en prisión durante dos años cinco meses y en Renace San Luis lo conocimos cuando llevaba un año en la cárcel, tiempo durante el cual, su esposa e hija estuvieron al pendiente de su situación, comprometidas con el tratamiento de reinserción.
Sólo unos días antes de ser sentenciado, cuando la libertad de Ildifonso ya era inminente porque Renace había desahogado todas las pruebas, unos abogados lo visitaron en locutorios y con engaños obtuvieron su nombramiento. Solo unos días más tarde Ildifonso quedó en libertad y ahora los abogados extorsionan a su familia para cobrarles honorarios por trabajo que no realizaron.
Ildifonso y su esposa nos visitan en Renace San Luis, agradecidos por su libertad y porque son testigos de nuestro esfuerzo durante más de un año. Nos hemos nombrado nuevamente como sus abogados porque aún está pendiente la etapa de apelación y la reconstrucción de su nuevo proyecto de vida.
Ella es Patricia de 22 años de edad, es la cuarta hija de ocho hermanos, madre de dos hijos, con escolaridad de primaria. Desde muy pequeña vivió en un ambiente de carencias afectivas y económicas, siempre con el firme deseo de cambiar esta situación y encontrar un entorno que le brindara el cariño y apoyo que tanto anhelaba. A sus 13 años decidió vivir con quien entonces era su pareja y a los 14 años se convirtió en madre, papel que asumió con responsabilidad y mucho amor.
A mediados del año pasado, recibió como regalo un reloj por parte de un pretendiente. Sin embargo, en el mes de septiembre un familiar de éste la acusó de haber robado tal objeto. Las autoridades consideraron pertinente integrar averiguación previa en su contra por el delito de robo calificado, aún y cuando no había elementos suficientes. Por ello, fue injustamente privada de su libertad desde el día 6 de enero de 2016, acusada de un delito que no cometió.
El día de hoy Renace obtiene su libertad al hacer visible ante el Juez que la prisión preventiva debe ser contemplada como la última opción. Ella estará bajo el cuidado y vigilancia de la autoridad judicial mientras se siguen aportando medios de prueba para acreditar su inocencia.
Durante los nueve meses que Patricia estuvo en prisión, vivió los momentos más angustiantes de su vida por la incertidumbre de no saber cuándo se aclararía su situación. Sin embargo, al pensar en sus hijos y que algún día regresaría con ellos, retomaba la fortaleza para afrontar las adversidades.
Renace está trabajando con la familia de Patricia para desarrollar habilidades, generar formas de comunicación más efectivas y construir un proyecto de vida que les permitan vivir en un entorno más saludable. Patricia, junto con sus seres queridos, se encuentra en la ruta adecuada para recuperar su vida y generar condiciones óptimas para una reinserción exitosa.
Él es Juan Miguel Antonio, tiene 28 años de edad, es padre de familia de dos menores de 6 y 4 años y hoy ha recuperado el proyecto de su vida que nunca le debió ser arrebatado. En octubre de 2012, fue injustamente detenido por policías estatales, acusado de robar un vehículo que él no robó. Fue brutalmente golpeado por los policías que lo detuvieron, torturado por los policías ministeriales mediante choques eléctricos, bolsas en el rostro para provocar su asfixia, golpes estratégicos que no dejaran huellas visibles, y patadas en las piernas que le originaron coágulos; el agente del ministerio público le negó el servicio médico y le fabricó en contubernio con la ministerial una confesión que Juan Miguel no rindió, porque ya no tenía ni siquiera aliento para hablar.
Luego de dos años y medio de exhaustiva defensa, en Renace San Luis logramos demostrar ante la Quinta Sala del Supremo Tribunal de Justicia que fue brutalmente torturado, que el ministerio público fabricó las pruebas, que el juez lo sentenció injustamente a 7 años de prisión sin argumentos, y todo eso no habría sido posible sin la valiosa colaboración de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que en alianza estratégica nos permitió contar con las herramientas necesarias para probar la inocencia de Juan Miguel y el abuso de los policías. Esta noche lo estamos acompañando a su casa para que junto a su familia, logre renacer
Joel es un hombre de 30 años de edad, soltero, con Primaria trunca y nociones básicas de carpintería.
Desde la adolescencia tuvo problemas de consumo de sustancias.
Vive en el Rancho de la Cruz perteneciente a Soledad de Graciano Sánchez, en un cuartito de apenas 5 metros cuadrados, el cual comparte con una persona invidente de quien se hace cargo.
Desde hace 10 años ha tenido permanentes conflictos con un vecino, con el cual se disputa la propiedad de un terreno que le fue heredado a Joel.
El pasado 15 de marzo por la madrugada, la camioneta propiedad de este vecino fue incendiada por una persona de la que se desconoce su identidad, sin embargo, tomando como pretexto los problemas entre éste y Joel, el vecino llamó a la policía y lo acusó sin ninguna prueba, evidencia o fundamento, como responsable del daño a su camioneta.
La acusación fue suficiente para que en ese mismo momento llegara la policía estatal, y acompañaran al vecino al cuartito que habita Joel; éste empujó la puerta hechiza, le permitió el acceso a los policías a un domicilio ajeno, quienes despertaron a golpes a Joel y lo sacaron de allí, llevándoselo detenido sin pruebas. Había pasado los últimos 45 días en prisión sin saber por qué; está sometido a un proceso en el cual ahora tiene que probar que es inocente, cuando tendría que ser la autoridad quien demostrara su culpabilidad.
Hoy Renace ha tenido que pagar por su libertad que nunca le debió ser arrebatada, pero a cambio lo integra a su modelo de reinserción y le da una justa oportunidad de dejar las adicciones, retomar sus estudios y construir un mejor futuro.
Néstor y Julio son el segundo y sexto hermanos, de una familia conformada por once hijos, quienes viven con sus padres y están dedicados al campo en la Zona Media de nuestro estado.
Es una familia de escasos recursos económicos, dedicados a la siembra de maíz y frijol, con un ingreso mensual que aportan entre todos y que apenas alcanza para cubrir sus necesidades básicas de alimentación.
El nivel escolar de la familia es de primaria trunca, porque entre sus prioridades, antes que la educación, está la supervivencia.
Néstor es padre y sostén de familia de dos menores cuya manutención solo depende de él; por su parte, Julio recién había cumplido 18 años, cuando el 19 de agosto de 2011, fueron injustamente detenidos junto con tres de sus hermanos, acusados de ser responsables del homicidio de una menor de 13 años que fue hallada a la vera de un camino en el municipio de Rioverde, con evidentes signos de violencia: feminicidio que continúa impune hasta el día de hoy.
La noche del 19 de agosto de 2011, Julio, Néstor, y sus hermanos se encontraban terminando la jornada de trabajo en la hacienda donde laboraban, cuando fueron sorprendidos por un sinnúmero de civiles armados con cuernos de chivo y ametralladoras, que violaron la seguridad y la privacidad de la hacienda, para llegar hasta el sitio en donde ellos estaban; hasta ese momento parecía un acto del crimen organizado, sin embargo, con segundos de diferencia comenzaron a llegar patrullas de la policía estatal y de la policía ministerial, quienes amedrentaron, amenazaron y torturaron a los cinco hermanos, presentándolos ante el agente del ministerio público en calidad de detenidos y probables responsables del homicidio de una menor, sin prueba alguna de por medio que los señalara de manera directa o indirecta.
Durante las 48 horas a cargo del agente del ministerio público, los policías ministeriales violaron la dignidad de la menor ultrajada, pues estando el cuerpo inerme, desnudo sobre la plancha del SEMEFO, los agentes ingresaron a los cinco hermanos, uno a uno, frente al cuerpo de la menor para comenzar la cadena de tortura mediante la cual pretendían lograr su confesión; los patearon envueltos en una cobija; los sumergieron en un tambo de agua y les colocaron choques eléctricos; detonaron un arma para “probarles” que habían matado a uno de los hermanos.
Desde el primer momento, los cinco hermanos lograron probar su inocencia, pues los resultados de todos los exámenes periciales que se les practicaron demostraron que ellos no tuvieron ninguna participación en el feminicidio, sin embargo, cuando fueron llamados a rendir su declaración ante el ministerio público, éste rompió en su presencia cada uno de los oficios originales emitidos por el médico legista, y mediante tortura obtuvieron “la confesión” de los hermanos y el expediente se integró sin pruebas.
La tortura se prolongó cuando fueron ingresados a la cárcel, los recibieron con golpes, amenazas y hacinamiento por el personal de custodia y por los propios internos; les fue negada la asistencia médica indispensable para el grave estado de salud en el que llegaron al penal, derivado de la tortura que recibieron, pues incluso Néstor tenía una costilla rota por los golpes.
Con los pocos ahorros de la familia lograron pagar los honorarios de un defensor particular que pudo liberar a tres de los hermanos, sin embargo, cobraba 80 mil pesos para liberar a Néstor y Julio, cantidad que la familia no ha visto reunida en toda su vida.
Hace casi un año Renace San Luis conoció su historia, y luego de un exhaustivo análisis no tuvimos duda de su inocencia. Hoy la justicia federal nos ha dado la razón.
El Segundo Tribunal Colegiado de Circuito ha dispuesto los mecanismos necesarios para que Néstor y Julio puedan recuperar la libertad que nunca debieron haber perdido.Han pasado cuatro años desde el momento en que Néstor y Julio fueron injustamente detenidos, torturados, acusados y sentenciados sin pruebas a 30 años de prisión; su familia se desintegró, huyeron de la comunidad por miedo; el patrón que los quería como un padre murió por la impresión de saberlos detenidos; su situación económica hoy es insostenible porque perdieron su estabilidad familiar; desde hace cuatro años han sido injustamente señalados como criminales; y todo eso se lo deben a un Estado ineficiente, insensible, corrompido, e incapaz de generar mecanismos de investigación eficaces, que alienta la impunidad y promueve la violación de los derechos humanos, pues por una parte fabrica culpables, y por otra deja sin castigo a los verdaderos responsables de un crimen atroz, en donde una menor perdió la vida, y con ella otra familia perdió también la confianza y la seguridad.
Él es Alejandro Ulises, un joven de 21 años de edad que durante 2 años, 8 meses y 2 días permaneció privado de su libertad, acusado de robar una motocicleta que él no robó.
Es el penúltimo de una familia muy pobre conformada por papá, mamá y siete hijos, en la cual, el nivel académico es de primaria trunca porque han tenido que elegir entre estudiar o comer.
Alejandro Ulises recién cumplió los 18 años, cuando fue arbitrariamente detenido el 16 de septiembre de 2012 por policías estatales quienes lo acusaron injustamente y sin pruebas, de haberse robado una motocicleta y sobreponerle las placas.
Permaneció 48 horas en la agencia del ministerio público, y luego 72 ante la juez, antes de que le dictaran el auto de formal prisión: TODAS LAS DILIGENCIAS desahogadas ante la autoridad, concluyen (por formato), diciendo que Alejandro “firma al calce previa lectura”, pero NI EL MINISTERIO PÚBLICO NI LA JUEZ SE DIERON CUENTA QUE ALEJANDRO NO SABE LEER NI ESCRIBIR, A PESAR QUE LO DECLARÓ 3 VECES.
A sus 18 años, Alejandro vivió motines, matanzas, tortura y tratos inhumanos dentro de prisión; durante su encierro, sus padres y sus hermanos padecieron desempleo, enfermedades severas y pérdidas importantes. Hoy, después de más de dos años, en Renace hemos logrado recuperar su vida y brindarle posibilidades de volver a empezar.
Por principio, Alejandro quiere terminar la escuela, y Renace lo acompañará para lograr esta meta.
Lázaro es un hombre joven de 29 años de edad, es el tercero de cinco hermanos; es originario de la comunidad de Clavellina del municipio de Charcas, en donde los hombres son jornaleros y las mujeres se dedican a la maquila. El nivel escolar de su familia es apenas de primaria; tienen serias dificultades económicas que se recrudecieron con la muerte del papá de Lázaro, el cual tenía 16 años cuando se vio obligado a trabajar para poder ayudar con los gastos de la casa. Lázaro siempre demostró ser un hombre de valores y principios sólidos, responsable, y comprometido con la unidad familiar. Desde junio de 2012 Lázaro trabajaba como empleado en un negocio de compra-venta de lana de borrego en donde ganaba apenas lo suficiente para comer al día. Él y su familia necesitaban dinero y se le hizo fácil tomar tres bultos de lana de borrego, equivalente a $400 pesos, los cuales pensó devolver en unos días, pero nunca imaginó que su patrón se enteraría y habría de denunciarlo. El 24 de julio de 2013 Lázaro fue detenido por el delito de robo calificado. Pasó 2 años en prisión, de los 3 a los que fue sentenciado por haber robado solo $400. El día de hoy Renace San Luis ha pagado $5,000 pesos para obtener la libertad de Lázaro que ha costado mucho más que eso. Hoy ha recuperado su vida y lo acompañaremos en la reconstrucción de su nueva historia. |
Ileana Marlene de 25 años de edad fue detenida en el mes de agosto de 2013, acusada injustamente del delito de robo calificado, sin derecho a fianza.
Renace Capítulo San Luis A.C. conoció su historia el 14 de agosto de 2013 cuando apenas tenía una semana en prisión.
Durante estos 11 meses se desahogaron pruebas para demostrar su inocencia: los dueños de la tienda testificaron para decir que ella no participó en el robo, y que los policías solo pusieron 523 pesos a disposición de la autoridad cuando en realidad fueron $5,000; los policías que la acusaron no pudieron demostrar en el interrogatorio que hubieran visto a Iliana apoderarse del dinero robado; y a pesar de esas evidencias, la Juez Séptima del Ramo Penal decidió condenarla a 3 años de prisión y al pago de 18,000 pesos. Renace sabiendo de la inocencia de Iliana se inconformó con la sentencia, y para conseguir su libertad, la Primera Sala del Supremo Tribunal respetando los derechos humanos de Iliana, le concedió el beneficio de pagar 21,000 para llevar su apelación en libertad.
Marcela es una mujer de 28 años de edad que vive en el municipio de Salinas Hidalgo, se dedica a vender gorditas. Fue acusada de cometer un robo a casa habitación y de causarle daño a su pareja sentimental, quien la denunció por haberle robado una credencial del IFE; una credencial de INSEN; una tarjeta de banco Banorte; y una tarjeta de CURP, todas con un valor de $250 pesos.
El caso de marcela fue conocido por Renace en julio de 2013, en una visita conjunta con Derechos Humanos; sin embargo, por la etapa procesal en que se encontraba el expediente, no pudimos intervenir sino hasta después de dictada la sentencia.
Con fecha 25 de octubre de 2014, el Juez Mixto de Primera Instancia de Salinas Hidalgo, dictó sentencia condenatoria a Marcela Rodríguez Robledo, porque estimó que los policías fueron testigos de los hechos, y le dio valor excesivo a la denuncia del supuesto ofendido.
Institución Renace intervino en la instancia de apelación, donde impugnó la sentencia, argumentando que los policías que detuvieron a Marcel no pudieron haberse considerado como testigos de los hechos, y que las pruebas fueron valoradas de manera incorrecta.
Así, la Primera Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, consideró correctos los argumentos de Renace, y con fecha 28 de febrero del año 2014, se revocó la sentencia condenatoria dictada en contra de Marcela Rodríguez Robledo, y en su lugar se dictó sentencia absolutoria, ordenando su inmediata libertad.
Esperanza Reyes Aguillón madre de dos menores, fue sentenciada a casi seis años de prisión, por haber intentado pagar en una papelería, una libreta para su hija menor, con un billete de cien pesos que sin saberlo era falso.
Miguel Ángel es un joven de 25 años de edad que fue acusado y detenido por el robo de una motocicleta que él mismo compro. Sin saber que era proveniente de manera ilícita.
Un oficial de tránsito le hace el alto a Miguel, el oficial revisa las placas acusándolo de inmediato de robo de tal vehículo, al parecer la motocicleta tenía reporte de robo, Miguel Ángel argumento que él había comprado la moto a un conocido, desconociendo la procedencia y el método del como la hayan conseguido, argumentando que no quería tener problemas, indicando que se podían llevar la motocicleta, el oficial prosigue a detenerlo tratándolo como un criminal, Renace Capitulo San Luis conoce la historia de Miguel y convencidos que es inocente proporciona la defensa logrando después de un exhaustivo trabajo la ABSOLUTORIA de Miguel Ángel, obteniendo de inmediato su libertad.
Actualmente Miguel es padre de dos pequeñas niñas, se mantiene siendo responsable con sus actividades y muy agradecido con Renace por tal labor.
Leonel y Moisés son dos hombres jóvenes, víctimas de la ineficacia del sistema de justicia de nuestro país. Hace exactamente un año, el 15 de julio de 2013 fueron injustamente acusados del delito de robo calificado, argumentando que sustrajeron gasolina de una pipa. Leonel hacía meses reportó que la pipa que él operaba tenía una fuga de gasolina; recibió instrucciones de su jefe para llevarla a reparar con urgencia a un taller mecánico ante el peligro que representaba una descompostura de esa naturaleza, aunado a las altas temperaturas de Ciudad Valles.
Leonel conoce a Moisés desde la infancia, por lo cual llevó la pipa al taller donde éste trabajaba; pero nunca imaginó que un supervisor de su empresa lo hubiera seguido hasta ahí, le llamó a la Policía Ministerial y los detuvieron en supuesta flagrancia.
Renace Capítulo San Luis A.C. conoció a Leonel y a Moisés el 26 de febrero de 2014, en el Centro de Reinserción Social de Ciudad Valles; nos trasladamos en diversas ocasiones para el desahogo de pruebas: Logramos que el jefe de Leonel testificara que efectivamente estaba enterado de la reparación y que personalmente lo instruyó para llevarla a reparar; logramos conseguir documentos que avalan los reportes que Leonel hizo de la fuga de la pipa; logramos que el jefe de Moisés testificara que él supervisó la reparación, pero también declaró cómo la Policía Ministerial llegó a su taller sin orden alguna, entraron prepotentes y amagaron a Moisés. Renace mandó llamar al juzgado en dos ocasiones a los agentes ministeriales pero incumplieron el mandato del juez y no se presentaron.
Con todas estas pruebas era indudable pensar que alcanzarían una sentencia absolutoria, pero no fue así.
El Juez Tercero de Ciudad Valles, sin fundamento alguno, los condenó a 3 años de prisión y les concedió el beneficio de pagar $23,000 pesos para recuperar su libertad. Leonel y Moisés decidieron renunciar a su derecho de apelar la sentencia a pesar de saber que podríamos revertirla, porque no creen en la justicia de su país, porque durante un año injustamente y sin derecho detuvieron sus vidas, porque han sido tratados como criminales a pesar de ser inocentes. El Estado tiene una deuda irreparable con ellos.
Él es Cristian Bernardo, un joven potosino de 20 años de edad, antes de su detención trabajaba como ayudante en una vulcanizadora; es coordinador (padrino) de un grupo AA en donde participa activamente desde hace 3 años, luchando cada 24 horas por controlar sus adicciones. Es padre de un menor de 3 años cuyo nacimiento lo impulsó para buscar ayuda contra su adicción. El 2 de octubre de 2013 fue injustamente detenido cerca de su casa cuando se dirigía a su junta de AA y en el trayecto fue agredido por una pandilla de la colonia; Cristian corrió a refugiarse en el interior de una vecindad en la cual se encontró con un amigo, los vecinos le llamaron a la policía por el escándalo de la pandilla, llegaron varias patrullas y entraron a la vecindad en donde injustamente detuvieron a Cristian junto con diversos integrantes de la pandilla y otros civiles; a Christian los policías “le sembraron” seis bolsas de mariguana y un cuchillo que desde luego no eran suyos y nunca tuvo en su posesión. Durante el año y dos meses que estuvo en prisión, contribuyó apoyando a algunos de sus compañeros de celda para vencer sus adicciones. Gracias a Renace hoy Cristian Bernardo está libre para retomar su vida. |
Saúl es un joven de 20 años de edad, padre de un niño de 2 años. Acusado en el 2013 por el delito de robo calificado, después de haber pasado 10 meses en prisión, Renace capitulo San Luis obtiene su libertad, acompañándolo en el inicio de una nueva vida.
Saúl fue el primer beneficiario empleado por medio de Renace Capitulo San Luis, al igual que Renace, nuestros empresarios confiaron en el otorgándole una oportunidad para iniciar a hacer las cosas bien, actualmente se desempeña en su trabajo de una manera eficaz y responsable, sin pasar de largo sus proyectos de vida.
Joven de 23 años de edad, detenido por el delito de posesión simple de narcótico, obtuvo su libertad el 14 de noviembre de 2013.
Actualmente se encuentra realiza sus actividades con responsabilidad, valorando su libertad, está muy al pendiente de su proceso jurídico, vive una vida feliz y valorando día a día su libertad.
Mujer de 28 años de edad, Madre soltera de un joven de 15 años, detenida la madrugada del 15 de diciembre de 2012, la acusan de robar del interior de una bodega 80 kgs de cobre, su complexión física no deja lugar a dudas de su inocencia:
Estuvo detenida durante más de 9 meses, en este tiempo su hijo, comenzó a mostrar conductas rebeldes, dejo la escuela, manifestó mucho enojo, toda vez que no entendía la razón por la cual su madre se encontraba detenida. Hoy Griselda se encuentra en libertad con la oportunidad de darle a su hijo una nueva educación y estar con él, apoyarlo y ayudarlo a valorar la vida.
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